13 sept 2010

Historia del gato

Origen

Tras la extinción de los grandes dinosaurios, aparecen en la Tierra los primeros antepasados de los gatos modernos, que descendían de los animales insectívoros sobrevivientes de la Era de Hielo.
Por supuesto que casi nada tenían en común con los actuales felinos, pero ya presentaban garras y eran carnívoros.
Luego, varios cientos de años después, aparecen dos grupos de felinos, unos grandes y pesados, como los conocidos Tigres Dientes de Sable y otros pequeños y adaptables, que se expandieron por todo el mundo, excepto la Antártica, Madagascar, Nueva Zelanda (donde fueron introducidos por el hombre) y algunas otras islas.

Los Gatos Modernos
Felis manul
 
Se cree que el actual gato doméstico desciende del gato salvaje africano, que vivía en el centro y sur de Africa.
Al parecer este gato fue domesticado por los egipcios por el 4500 A.C, primero como animal útil (como cazador de ratones) y luego como animal familiar. También se postula que los gatos modernos descienden de cruzas entre estos gatos y el gato indio del desierto, que habría llegado desde Libia. Las razas de pelo largo podrían descender del gato salvaje asiático (Felis manul).
A través de los siglos, el gato ha mantenido prácticamente el mismo tamaño, con un peso aproximado de 4 kg al completar su desarrollo, y han preservado su instinto para la caza solitaria. En Egipto los gatos llegaron a convertirse en objetos de adoración, consagrados a la diosa Bas, y cuando morían se les momificaba. Desde Egipto, los gatos domésticos se extendieron por el Medioriente y desde allí fueron llevados a Europa, principalmente por barco.
Se cree que hacia el año 400 a.C. el gato como acompañante doméstico llegó al Cercano Oriente y de ahí a China e India. En China se creía que el gato, cuya función era la de cazador y acompañante de mujeres, traía la pobreza al hogar, por lo que su entrada no estuvo acompañada de buenos augurios. Mejor fortuna tuvo en India, donde nuevamente volvió a representar la figura divina. Más tardía fue la llegada del gato doméstico a Europa, cuya difusión corrió a cargo probablemente de los romanos, para los cuales el gato representaba la victoria en sus conquistas. Se sabe que ya en el siglo IV D.C los los empleaban para el control de los ratones.
En este punto, el gato es pues, una util herramienta como control de las plagas, cuando no una admirada figura que llena el hogar. Ya extendidos por toda Europa, se promulgan leyes que les protegen. El gato está bien visto en la sociedad.


En la Edad Media

Y llega la Edad Media. Una época oscura por excelencia, dominada por la ignorancia, el fanatismo religioso y las supersticiones. El gato, máxime si es negro, de mirada misteriosa, de aspecto sensual, al que se le atribuyen poderes sobrenaturales, como el ver en la oscuridad, conoce sus peores días. Miles de gatos son quemados en las hogueras junto a los herejes y las brujas, de las que se decía eran sus servidores, la encarnación del Maligno. La simple posesión de un gato era motivo para acusar a una persona de brujería. La población de gatos se ve diezmada, mientras los roedores campaban a sus anchas, trayendo consigo una de las peores tragedias que ha conocido el mundo: la peste. 

 

El gato hoy

El final de los tiempos oscuros y el avance de la civilización consiguieron, finalmente, devolver al gato su status de animal tranquilo, afable y doméstico. Durante la época de Pasteur, y con el descubrimiento de las bacterias, la sociedad, aterrorizada por esos invisibles seres portadores de enfermedades, volvió la mirada hacia el gato. Las bacterias gustaban de vivir en la suciedad y el gato era paradigma de la limpieza, por lo tanto, el único animal digno de vivir con el hombre.
A partir de este momento, la consolidación del gato como figura indispensable en nuestra sociedad sólo fue cuestión de tiempo. Ya no es un cazador de ratones sino un compañero leal, afable y tierno, que merece, por fin, su puesto en la historia.

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